sábado, 18 de julio de 2015

Clarín tiene su porvenir allanado. Ninguno de los “presidenciables” hará campaña a favor de la Ley de Medios.

El allanamiento a la casa de Víctor Hugo Morales como efecto retardado de una demanda de Cablevisión presentada hace 15 años -nada menos- espectaculariza el sometimiento de buena parte del Poder Judicial a los intereses y urgencias políticas del Grupo Clarín. Peor: Magnetto insiste en tomar venganza sobre su archi enemigo Morales enviando a su abogado estrella, el Colorado Cassino, a husmear y justipreciar los muebles y obras de arte embargables.
Desde posiciones cercanas al actual Gobierno nacional, se ha interpretado que este ataque evidencia alguna suerte de impotencia o desesperación del Grupo ante un resultado electoral que se presume favorable al FPV y, en consecuencia, inquietante para Clarín.
Ese espíritu optimista dominó algunas intervenciones de los invitados a la emisión de 678 que respaldó a VHM, exhibiendo el amplio marco de solidaridades que se manifestaron en su defensa. Pero ese entusiasmo debiera moderarse ante la consideración de un par de cuestiones.
De una parte, el candidato presidencial por el FPV Daniel Scioli desoyó a lo largo de ocho años los reclamos formulados, tanto por Néstor como por Cristina, para que la gobernación bonaerense cesara en contribuir con muy generosa pauta publicitaria a los medios del Grupo Clarín. (Contribución que tuvo como contrapartida una fuerte cobertura mediática del Grupo hacia el gobernador Scioli, aún en sus más difíciles coyunturas). Tampoco cedió Scioli ante el pedido de la conducción K de no asistir a los festejos institucionales del Grupo o a las emisiones de su canal de noticias (TN). Y vale apuntar, además, que nunca se manifestó a favor de la plena aplicación de la Ley de Medios sino que -acorde a la posición de Clarín- suele aducir que se trata de una ley “vieja”.
De otra, el candidato presidencial por la oposición Mauricio Macri siempre se manifestó adverso a la ley de desmonopolización de la industria comunicacional, norma que sus legisladores votaron negativamente, e incluso logró aprobar en la Legislatura porteña una ley local -restringida al ámbito de la Capital- que estableció límites a la aplicación de la Ley de Medios.
Las encuestas insisten en señalar que son dos -y sólo ellos dos- los candidatos que pueden resultar victoriosos en la disputa electoral por la Presidencia: Daniel Scioli, por el oficialismo; Mauricio Macri, por la oposición. Y ambos, entre otros acuerdos y complicidades, coinciden en que la Ley de Medios no debe ser aplicada al Grupo Clarín.
De allí que la ofensiva desplegada en los últimos días contra figuras muy caracterizadas del kirchnerismo -la presidenta Cristina, Máximo Kirchner o Víctor Hugo Morales-, lejos de constituir manotazos de ahogado o gestos propios de ratones en fuga, expresan el propósito de advertir a los presidenciables que el Grupo se siente fortalecido y aún ensoberbecido y comienza a establecer briosos condicionamientos para el futuro gobierno. Como dijo algún ex candidato kirchnerista: el presidente de las corporaciones “sale o sale”.

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